lunes, 30 de enero de 2012

La mediocridad de los ¿profesionales?

La envidia en España es un deporte y el chanchullismo y la cutrez un estilo de vida. Pero lo que más le gusta a un español es chuparle la sangre a otro, decirle que le ha ayudado por ello y encima tocarle las pelotas hasta la saciedad, y como se entere el resto es capaz de intentar hundir a esa persona de la forma más gratuita y vergonzosa que se puede ver.

Aparentemente esta historia parece una ida de pinza mía pero responde a lo siguiente:

  1. Un estudiante de bellas artes se presenta a un concurso de creación de un logotipo importante.
  2. El estudiante dentro de sus capacidades y experiencia ya que es estudiante hace una cosa digna y está dispuesto a intercambiar, en el caso de que ganara, ese logo por 6000€ para estudios varios.
  3. El chaval gana el premio y pierde la propiedad de su logotipo.1327929333_395913_1327938530_sumario_grande
  4. Con ese logotipo de interesantes formas, colores y utilización de fuentes, que no es que sea el mejor pero joder, lo ha hecho un chaval en época de estudios vendiéndose al mismísimo diablo, el ayuntamiento de Madrid decide dárselo a una agencia que va a estudiar el logo para adaptarlo un poco para impresión etc…
  5. La agencia que cree tener la verdad en su mano y ser mejor que nadie y a la que le jode que un chaval haya hecho un logo a la altura decide destruir no solo el concepto sino que decide convertir el logo en una basura ilegible y que crea confusión y se aleja de cualquier cosa parecida a lo que pueden significar las olimpiadas.
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  6. Por ultimo el Ayto de Madrid consigue la idea por un precio muy asequible, le paga una fortuna a la agencia para que descojone el logo y se quedan tan anchos.
  7. La comunidad internauta y la opinión pública insultan sin piedad al chavalito que ha diseñado el logo incluso aunque el pobre haya visto un logo publicado que ni siquiera se parece al suyo y se tiene que tragar las criticas penosas de un público egoísta y envidioso que no sabe ni de lo que habla.
  8. Conclusión: España está en una espiral de estupidez y malas formas en la que la gente tiene envidia crónica y no es capaz de asumir que el trabajo del resto puede ser bueno sin más.

Mi enhorabuena a Luis Peiret por haber ganado el premio.

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