Cuando un spot te da de lleno al corazón sabes que ha dado en el clavo, notas como aunque no vayas a comprar ese producto, alguien ha conseguido sacar a la luz esa parte de mundo interior que jamás habías visto más que en tu mente.
Y si además de eso le añadimos un grado de nostalgia, nos encontramos con un spot con un target claro y amplio que puede abarcar incluso a varias generaciones.
Por ejemplo, este pedazo de anuncio de cafés La Estrella.
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